En la frágil barquilla del amor
embarcaron dos amantes solitarios
para hacer del amor su letanía
¿Tu me quieres? vida mía ¡yo te amo!
Y llenaron la barquilla de suspiros
de caricias, besos apasionados,
alumbrados por la luna y las estrellas
sobre rosas fue la barca navegando.
Los días, fueron pasando por sus manos
lentamente, como cuentas de un rosario
la barquilla se llenaba de reproches
de quejidos y suspiros solitarios.
El sabor de las lágrimas se unía,
al del mar donde ambos navegaron
nubes negras ocultaba el horizonte
soplo el viento y las olas se encresparon.
Y las rosas le clavaron sus espinas,
desangrando aquel amor desesperado,
la barquilla con su carga de amargura
en la arena de la playa se ha quedado.
Otro nombre lleva hoy en su costado
¡Ya no sirve el que tuvo tantos años!
le han cambiado la bandera del amor,
hoy se llama la barquilla del engaño.
Los amantes se quedaron sin las rosas
sin ¡Te quieros! letanías ni rosarios,
se han marchado cada cual por su camino
como sombras, tristemente ¡Solitarios!
Charo Torrejón
Poema Publicado en la 1ª Antología de Aires de Libertad