sábado, 23 de enero de 2010
A orillas de mi Huelva
A orillas de mi Huelva
arenas de oro.
Mi corazón le grita
¡Cuanto la adoro!
Es, como la mocita
que se engalana,
con claveles y rosas
cada mañana.
Peinecillos de nácar
en su melena,
que me huele a marisma
y a hierbabuena.
Pendientes de corales
y cuando canta,
fandanguillos valientes
en su garganta.
Con bata azul de cielo
las blancas olas,
ponen manto de encaje
a su persona.
Abanico de espuma
llevan sus aguas.
Arriba, hay un lucero
“pa”enamorarla.
En sus playas doradas
verdes pinares
fandangos, gaviotas
y pleamares.
arenas de oro.
Mi corazón le grita
¡Cuanto la adoro!
Es, como la mocita
que se engalana,
con claveles y rosas
cada mañana.
Peinecillos de nácar
en su melena,
que me huele a marisma
y a hierbabuena.
Pendientes de corales
y cuando canta,
fandanguillos valientes
en su garganta.
Con bata azul de cielo
las blancas olas,
ponen manto de encaje
a su persona.
Abanico de espuma
llevan sus aguas.
Arriba, hay un lucero
“pa”enamorarla.
En sus playas doradas
verdes pinares
fandangos, gaviotas
y pleamares.
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